¿Cómo puede salvarse el comercio tradicional del imparable crecimiento del comercio electrónico?La realidad asusta y la preocupación del comercio minorista va en aumento, no solo del pequeño comercio, sino también de las grandes cadenas. La situación en Estados Unidos es alarmante, pero afortunadamente la situación del comercio minorista en Europa en general y, en España en particular, el proceso está siendo mucho menos alarmante. La pregunta es si aquí también acabara pasando lo mismo, y más concretamente en nuestro sector de la distribución de materiales de construcción. Yo creo que no por dos razones importantes: la larga tradición y muy arraigada de nuestro comercio tradicional en la sociedad, y la falta de tradición de las grandes superficies.
Pero una cosa esta clara. Es indiscutible la existencia de un nuevo escenario de hábitos de consumo, cambios sociales y tecnológicos, al que no cabe darle la espalda. Pensar que un modelo de comercio, concebido hace décadas, puede adaptarse a este nuevo entorno sin ningún ajuste, resulta ingenuo. Y más teniendo en cuenta el horizonte de los nuevos consumidores que se incorporaran de pleno dentro de unos 10 años al entorno del comercio (los que ahora tienen más o menos 10 o 12 añitos).
La pregunta sería cómo puede competir un pequeño negocio en esta situación. Insisto nuevamente en que los consumidores españoles siguen prefiriendo la tienda física y aunque creo que no va a desaparecer, si que debe reinventarse, convirtiéndose en un lugar donde ocurran cosas, un lugar donde el cliente tenga una experiencia de compra distinta, y para ello es necesario formarse e invertir en adaptarse al cliente. Esta adaptación será el punto de inflexión que puede determinar el futuro de muchos establecimientos.
Hay muchos gurus que nos hablan de cómo será el comercio del futuro, que si la omnicanalidad, que si la multicanalidad, que si todo se va a digitalizar, etc. Todo esto está muy bien, pero creo que de una vez por todas tenemos que centrar nuestro discurso en nuestra realidad, y dependiendo de tu producto y, sobretodo de tu ubicación geográfica o de tu tipo de cliente, centrar tus objetivos para captar y fidelizar a nuestros clientes estableciendo una estrategia de omnicanalidad para poder integrar perfectamente tanto tu presencia on y offline.
Se tratará, en definitiva, de combinar la cercanía, el asesoramiento y la experiencia de compra, con las ventajas de poder acceder al cliente, también a través de Internet, y será definitivo que él pueda relacionarse contigo desde el canal en que se encuentre.
Nosotros no seremos ni tenemos que actuar como una
gran superficie. Tenemos y debemos conocer y poner en “valor”
nuestros valores.